sábado, 2 de noviembre de 2013

Personas que afirman haberse encontrado con su doble: el Caso Emilie Sagee

Conocido bajo el nombre ale­mán de Doppelgánger, "el doble" es un fenómeno inquietante. Según una antigua tradición europea, ver su propio "reflejo" significa una muerte inminente.

Los relatos de personas que afirman haber­se encontrado con su doble son general­mente tratados como casos de alucinación, la cual, puede ser peligrosa y pro­vocar desórdenes tan graves que pueden desembocar en el suicidio. Pero también se produce el caso contrario: una persona puede no tener conciencia del doble presente a su lado y son los testimonios de los que la rodean los que lo hacen descubrir esta presencia. Este es el caso de la profesora francesa Emilie Sagée a mediados del siglo XIX.

El caso de Emilie Sagee

En 1845, el director de un instituto para niñas jóvenes de la nobleza, el pensionado Von Neuwelcke, ubicado en la actual Letonia a unos 60 kilómetros de Riga, con­trata como profesora de francés a una mujer llamada Emilie Sagée, que dice haber nacido hace 32 años en Dijon. La nueva institutriz tiene un temperamento muy alegre, demuestra una inteligencia y un sentido de la educación que llaman favorablemente la atención del director, Herr Bush. 

Visiones de su doble

Pero algunas semanas después de su llegada, empiezan a circular rumores entre las 42 alumnas del pensionado. En efecto, se producen unos extraños fenó­menos: varias veces mientras un alumno dice haber visto a la profesora en un lugar del edificio, otra afirma haberse cruza­do con ella en el extremo opuesto. Al prin­cipio, los profesores no prestan oídos a estos comentarios absurdos.

Manifestaciones inexplicables 

Pero el caso se complica. Un día, mientras Emilie Sagée está ante la pizarra dando una clase de gra­mática a trece jóvenes (entre las cuales se encuentra una cierta Julíe von Güldens-Tube) aparece a su lado una silueta imi­tando sus movimientos a la perfección. El único detalle que difiere es la ausencia de tiza en su mano. La doble sigue manifestán­dose durante las semanas siguientes (tam­bién es visto por las empleadas domesti­cas) y adopta progresivamente un compor­tamiento más y más independiente. 

Así, un día, las 42 alumnas están ocupadas en tra­bajos de costura en un cuarto en la planta baja, y una profesora las vigila. Por la ven­tana, las niñas pueden ver a Emilie Sagée en el jardín. En un momento dado su supervisora se ausenta para ser reemplaza­da por el dohle inmóvil y silencioso. Afuera, Emilie Sagée parece tener súbita­mente dificultades para moverse. En clase, algunas alumnas se atreven a acercarse y constatan que el doble de la profesora ofre­ce sólo una ligera resistencia a las manos que lo atraviesan. El doble termina por desaparecer.

Por supuesto, todo esto altera en grado sumo a las jóvenes y provoca numerosas partidas. Al cabo de dieciocho meses, 30 de las 42 alumnas han sido reti­radas por sus padres. El director decide, entonces, despedir a Emilie. Antes de irse, ella le confiensa que es la décimo nove­na vez que se ve obligada a dejar un pues­to, siempre por la misma razón, desde que empezó a enseñar a la edad de 16 años, Julíe von Güldenstubbe sigue en contacto con su antigua profesora hasta el año 1850. Después de eso, se le pierde definitivamen­te el rastro en Rusia, a donde emigró como institutriz al servicio de una familia.

Testimonios fiables 

Tres autores estudian y relatan la historia de Emilie Sagée basándose en los testimo­nios de la baronesa Julie von Güldens-tubbe, personaje cuya existencia es indiscu­tible, a la que conocen personalmente y de quien garantizan integridad. Son el escritor y político estadounidense Robert Dale Owen, el astrónomo francés Camille Flammarion y el parapsicólogo ruso Alexander Akasov. 

En busca de Emilie Sagée

Flammarion trataría en vano encontrar las huellas de una Emilie Sagée que habría nacido en 1813 en Dijon. Descubre, en cambio, una niña ilegítima llamada Octavie Saget, nacida el 13 de enero de 1813. Emilie y Octavie son probablemente la misma persona. La joven habría elegido cambiar su nombre para esconder su condición, hecho corriente en la época. En cuanto al pensionado, investi­gaciones modernas no permitieron encon­trarlo, lo que no quiere decir gran cosa, si se tiene en cuenta la tormentosa historia de letonia hasta nuestros días. 

Una fatiga más o menos intensa 

El testimonio de Julie von Güldens-tubbe deja suponer una relación "vampiresca" entre Emilie Sagée y su doble: en cada apa­rición de éste, la joven mujer parecía ser presa de una fatiga más o menos intensa, como si su doble la privara de energía. Emilie, de hecho, es incapaz de ver su doble y deduce su presencia por la alarma que causa entre la gente que la rodea y por la debilidad que la invade. Si esta historia es real, sólo resta tener lástima de una mujer afligida por tal maldición.

¿Fenómeno paranormal ? 

¿Alucinación o fenómeno paranormal? Aceptar la veracidad del testimonio de Julie von Güldenstubbe (lo que hacen los que la conocen) no resuelve, sin embargo, todos los problemas. Hace un siglo, unos escépticos declaraban que esta historia era originada por una ilusión o una alucinación. Pero los testigos son numerosos y las apariciones repetidas. Estas se llevan a cabo en presencia de observadores que están muy cerca y, por lo común, en lugares muy iluminados.

Testimonios homogéneos 

Queda la sugestión colectiva, que puede, efectivamente, produ­cirse en lugares cerrados, donde vive una población aislada del resto del mundo: un rumor se pone en circulación y, a fuerza de hablar de ello, termina por hacer­se realidad en el pensamiento de las personas involucradas. El hecho revelador de la sugestión colectiva es la total uni­formidad de los testimonios. Esta explicación fue expuesta en el caso de Emilie Sagée: ¿pero podemos extrañarnos, por ejem­plo, que 13 escolares afirmen todas exactamente la misma cosa, cuando dicen haber visto a su profesora "sencillamente" des­doblarse a algunos metros de ellas? Aquí serían más bien las divergencias en los detalles las sospechosas...

Otro argumento actúa en con­tra de esta teoría: cuando Julie von Güldenstubbe visita más tarde a Emilie Sagée, instalada en la casa de una cuñada, descubre que los niños de ésta se habían acostumbrado hacía tiempo a la idea de tener dos "tías Emi­lie"... Decididamente, el misterio de Emilie Sagée está lejos de resolverse.


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