lunes, 31 de marzo de 2014

Henry Kissinger: una siniestra figura a la sombra del poder

Intermediario del poder y hombre fuerte de varios gobiernos estadounidenses, fue conocido entre sus enemigos como el «Milosevic de Manhattan».

El ex diplomático Henry Kissinger (1923, Fürth, Alemania) ha coleccionado enemigos desde que ayudó a planificar las operaciones encubiertas en Vietnam, Camboya y Laos durante la guerra de Vietnam a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta. La expedición militar estadounidense a Extremo Oriente fue un absoluto desastre, culminando con la ignominiosa caída de Saigón en 1976. Kissinger, no obstante, consiguió pasar sin mayor esfuerzo a la política privada y la consultoría financiera. 


Criminal de guerra

El respetado periodista liberal Christopher Hitchens ha estado persiguiendo a Kissinger durante décadas, insistiendo en que debía ser juzgado por crímenes de guerra en varios continentes. Publicaciones respetables, como 'Vanity Fair' y 'Harper's', han publicado sus artículos, en los que acusaba directamente a Kissinger de ser un criminal de guerra, mientras que 'Oxford University Press' ha publicado 'The Lost Crusade', de John Prados, que incluye referencias a las actividades de Kissinger en la periferia de la legalidad.

Kissinger y Asociados

Era, y es, amigo de políticos poderosos, y su firma, Kissinger y Asociados, fundada en 1982, ha sido considerada como una agencia secreta para elegir marionetas de la extrema derecha estadounidense. Pero para entonces los activistas contra la guerra, el joven periodista Hitchens entre ellos, ya estaban pisándole los talones.

Amigo personal de la familia Bush 

Kissinger es, además, un estrecho colaborador y aliado de los republicanos y, en particular, de la familia Bush. En Washington es una figura muy popular y su compañía continúa asesorando a muchos e importantes políticos de la derecha estadounidense. Su presencia es habitual en cenas de sociedad y otros acontecimientos; publica columnas en diversos medios y aparece en varios programas de televisión.

El golpe de estado de Pinochet  


En 1973, Kissinger planeó el derrocamiento del presidente socialista de Chile, Salvador Allende, elegido democráticamente y que murió durante el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet. Allende creyó, fatalmente, que Pinochet era su amigo, cuando en realidad era amigo de Kissinger. El general chileno instauró luego una terrible dictadura de derechas que gobernó el país con la ayuda de la Casa Blanca.

La complicidad de Estados Unidos en el asesinato de Allende es un hecho incuestionable, como lo son también sus numerosos crímenes contra la humanidad perpetrados en Vietnam y los países vecinos durante aquel período apocalíptico que asoló la región. Se afirma que Kissinger dijo en una ocasión: "Es un acto de demencia y humillación nacional que exista una ley que prohíba al presidente ordenar un asesinato" (citado en ' The Lost Crusade'). A Kissinger se le cree responsable de haber ordenado el asesinato del general chileno Rene Schneider, en una clara maniobra para atemorizar a los políticos centristas y conseguir que se opusieran al nombramiento de Allende.

La Operación Condor

Unos documentos del Departamento de Estado desclasificados recientemente y correspondientes a 1976 revelan que Kissinger estuvo implicado en la Operación Cóndor, una acción conjunta y coordinada de las dictaduras militares de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia con el objetivo expreso de secuestrar y asesinar a los políticos y militantes disidentes exiliados. Actualmente, Kissinger está requerido en varios países, incluyendo Argentina, España y Francia, para interrogarlo acerca de la Operación Cóndor y la desaparición de numerosos ciudadanos extranjeros en Chile y otros países de América del Sur. 

Más allá de la legalidad 


Como mano derecha de Richard Nixon, Kissinger habría tenido el visto bueno tácito para autorizar las atrocidades que Estados Unidos cometió en Vietnam y otros países. Los críticos como Christopher Hitchens han reunido una enorme cantidad de información en la que se detalla su casi exclusiva complicidad en acciones políticas secretas, y a menudo horribles, en todo el mundo.

El dato realmente sorprendente es que el llamado «carnicero» de Camboya, que ayudó a Richard Nixon a continuar adelante con la guerra de Vietnam, provocando así la muerte innecesaria de otros treinta y cinco mil jóvenes estadounidenses, nunca fue citado para que explicase sus acciones. 

La única explicación, si las teorías de numerosos analistas en este sentido son ciertas, es que Kissinger consiguió librarse de cualquier condena porque posee información que incriminaría a figuras muy poderosas del establishment estadounidense de finales del siglo XX.

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