viernes, 4 de septiembre de 2020

Memorias del frío: el cambio climático y la pequeña edad del Hielo

El cambio climático no es exclusivo de nuestro tiempo. Entre los siglos XVI y XIX, Europa sufrió un descenso de las temperaturas que desencadenaron hambre y revueltas sociales. Según los especialistas, las oscilaciones climáticas ejercen una influencia decisiva en la historia.  


En el siglo XVI, los luteranos aseguraban que el frío intenso y las abundantes nevadas que afectaron la ciudad alemana de Leipzig, en 1562, era una señal de la ira de Dios por los pecados del hombre. Este descenso de la temperatura es el inicio de la "Pequeña Edad del Hielo", un largo periodo de inestabilidad climática con cinco momentos de máxima intensidad: 1590, 1650, 1680, 1770 y 1816.

Lluvias torrenciales a finales del siglo XVI 

A lo largo del Siglo XVI, los cronistas registraron lluvias torrenciales que se prolongaron semanas. Los campos de cultivo se convirtieron en grandes lagos y las cosechas de trigo fueron nefastas, encareciendo el precio del cereal en más de un 200%, lo que provocó revueltas por toda Europa.

Un ambiente gélido 

En la aldea alemana de Wiesensteig, más de 50 mujeres fueron condenadas a la hoguera, mientras que en Inglaterra y Francia la ejecuciones por brujería fueron también muy frecuentes. " fueron años entre 1585 y 1610 terriblemente fríos y devastadores. Fue en ese periodo donde se producirán las mayores persecuciones de brujas de la historia", afirma el investigador británico Brian Fagan. Pintores flamencos de la época como Brueghel "El viejo", mostraban también en sus cuadros la atmósfera gélida de las ciudades holandesas. 

Las calamidades provocadas por el cambio climático es uno de los temas principales de los cronistas de la época. Del 11 al 22 de noviembre de 1570, un temporal derrumbó diques y otras defensas costeras en los Países Bajos causando la muerte de más de 100.000 personas. 

La Armada Invencible y el clima

Durante los diez años siguientes las tempestades continuaron. Quizás una de las más importantes porque pudo cambiar la historia del mundo fue el naufragio en septiembre de 1588 de casi un tercio de la denominada "Armada Invencible" española en su intento de invadir Inglaterra. "Las condiciones eran tan duras que era imposible distinguir una navío de otro", relataba un marinero español. El temporal fue descrito por un oficial británico como "una tempestad como nunca se había visto que lanzó los navíos españoles y portugueses contra la costa".


Aunque la España de Felipe II no consiguió invadir Inglaterra por culpa del tiempo, los ingleses continuaron luchando contra las inclemencias climáticas que mataron a miles de personas. Philip Wyot escribió en 1596: "Durante todo el mes de mayo, no hubo una única noche sin lluvia. Los cereales escaseaban..." En 1607, las fuertes heladas afectaron también a la producción vitivinícola, que casi llega a desaparecer en países como Suiza, Hungría o Austria. Asimismo, los ríos holandeses y alemanes se helaban durante el invierno lo que impedía el transporte de mercancías y el abastecimiento de las ciudades. 

Periodo óptimo climático

Como se puede comprobar, la influencia del clima es fundamental para el devenir del ser humano. De hecho, las alteraciones climáticas producidas entre el siglo XVI y XVII no fueron las únicas. Entre los años 900 y 1300, se produjo el denominado "Periodo caliente" con una temperatura media que sobrepasaba la actual en dos grados. Los científicos denominan a esta época "Periodo óptimo climático" ya que coincide con uno de los mayores períodos de prosperidad. El clima suave facilitó que se secasen los pantanos, lo que redujo la presencia de mosquitos y los casos de malaria. También florecieron las artes y la arquitectura que se materializó en la construcción de imponentes catedrales, como la de Santiago de Compostela, Notre Dame (París), etc. 

Miles de agricultores en la Baja Edad Media también se beneficiaron del clima benigno, donde consiguieron en campos antes incultivables, sembrar incluso en zonas montañosas como Suiza o áridas como en la parte más meridional de Europa.

La influencia del clima en los precios del cereal 

Estos intervalos climáticos continuaron en los siglos XVII, XVIII y principios del XIX. En España, el río Ebro se heló varias veces y las bruscas oscilaciones provocaron descensos de dos y tres grados, no solo en este país sino también en la totalidad del hemisferio norte.  

Estas anomalías climáticas de corta duración, según muchos historiadores, constituyeron una fuente de tensiones en las sociedades, sobre todo, del norte de Europa. David D. Zhang, investigador de la Universidad de Hong Kong, asegura que las alteraciones de temperatura pueden desembocar en guerras y conflictos sociales. "La causa más habitual es la subida de precios de los cereales, a causa de malas cosechas por repentinos cambios en el clima. "Fue precisamente lo que sucedió el 13 de julio de 1788, cuando una granizada  terrorífica sobre París provocó el caos. Según las crónicas de la época, el hielo llegó a alcanzar un diámetro de 40 centímetros."

Esta inesperada granizada destruyó totalmente las cosechas y destrozó cerca de 400 casas. Las autoridades no consiguieron controlar la situación, y un año después, el precio del pan se encareció de tal manera que surgieron las revueltas. Para muchos autores, el clima fue la razón principal de la miseria y el hambre que aceleraron la llegada de la Revolución francesa en 1789.

Causas del cambio climático 

Actualmente no hay consenso sobre las causas de estos cambios tan bruscos de temperatura. Algunos científicos afirman que una de las causas puede ser la inestabilidad solar asociada al incremento de las manchas solares que, incluso, podrían haber tenido influencia en el aumento de la actividad volcánica, cuyas erupciones cubrirán el cielo con un fino velo de ceniza en las capas altas de la atmósfera.

La erupción del volcán Huaynaputina

Entre el 16 de febrero y el 5 de marzo de 1600, se registró la erupción del volcán Huaynaputina, en la cordillera de los Andes (Perú) , el cual lanzó una lluvia  impresionante de piedras y ceniza. Un año después, el verano de 1601 fue el más frío que se recuerda desde 1400. En Europa central, el sol y la luna se exhibían con un color anaranjado y su luminosidad era muy tenue, según lo descrito en documentos de la época. 

Una parte de la fina capa de ceniza del Huaynaputina se depositó en la Antártida. Los científicos encontraron vestigios de este hecho en los estratos correspondientes al periodo entre 1599 y 1604. Los elevado niveles de sulfato que hallaron, indicaban la gran cantidad de sedimento que lanzó el volcán a la estratosfera. 

Erupciones volcánicas 

La erupción del Huaynaputina no fue una excepción. El planeta sufrió picos de frío relacionados con la actividad sísmica y volcánica entre los años 1641-1643, 1666-1669 y 1698-1699. Los científicos desconocen la totalidad de erupciones de aquella época por la falta de fuentes, excepto la del Monte Parker, en Filipinas, un volcán que despertó el 4 de enero de 1641. Los testigos de la época aseguraban que al mediodía parecía noche cerrada.

Otra de las grandes erupciones de los últimos tiempos ocurrió el 16 de abril de 1815, en la isla indonesa de Sumbawa, al este de Java, y fue la del volcán Tambora. La ceniza oscureció el cielo en un radio de 500 kilómetros. Murieron al menos 12.000 personas directamente por la erupción y otras 44.000 morirían a causa del hambre en las islas próximas. 

El año sin verano 

La consecuencias de la erupción del volcán Tambora se sintieron en todo el planeta: 1816 fue bautizado como "el año sin verano". Las bajas temperaturas iban acompañadas de lluvias intensas en toda Europa durante los meses cruciales para la cosecha. En junio de 1816, la escritora Mary Shelley y su marido Percy Bysshe Shelley junto a unos amigos, visitaban al poeta Lord Byron y a su médico personal John William Polidori, que tenían alquilada una casa en las proximidades del lago Leman (Suiza). Fue un verano tan frío que el grupo pasó gran parte del tiempo dentro de casa. Para entretenerse, concibieron un especie de juego para ver quién escribía el texto más terrorífico. Mary Shelley escribió los primero esbozos de su obra "Frankenstein", mientras que Polidori escribió "El Vampiro", texto que inspiró años después el legendario "Drácula", de Bram Stoker. 

En 1816, Europa aún se estaba recuperando de las guerras napoleónicas y las revueltas a causa de la escasez de pan y otros alimentos resurgieron nuevamente. La crisis duró varios años y dio lugar a un éxodo masivo: millares de ingleses, alemanes de Renania, italianos y españoles emigraron a América. En España nevó incluso en julio.

Sin duda, las alteraciones climáticas han jugado a lo largo de la historia un papel crucial en el devenir de la humanidad. Invasiones, guerras, hambrunas, enfermedades son consecuencia, en más ocasiones de las que creemos, responsabilidad de los cambios en el clima. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario